Asi, con ese nombre denominó mi querida Ipi a la celebración gastronómica que ayer tuvo lugar en su casa para, un año más,
poner sobre la mesa los productos típicos de su tierra, y de modo especial, el Botillo.
Jamón cocido con pimientos asados
y Chicharrones aderezados con pimentón, sirvieron como introducción a la Empanada de Batallón característica y como «aperitivo» previo a la comida del botillo, adecuadamente acompañado de chorizos y de la rica verdura y patata que afortunadamente aligeran un poco la contundencia del plato fuerte.
Para regarlo, un buen Mencía de la zona (Pitacum), y para completar la mesa a los postres dos elaboradas tartas. La de manzana y la de castañas, en ambos casos con los ingredientes principales procedentes de las tierras bercianas. Tras el café e infusiones, también hubo sitio para degustar algunos chupitos y de modo más generalizado los «digestivos» que el amigo Rafa se ocupó de preparar con su habilidad ya contrastada en otras ocasiones.

La compañía elegida para la celebración
fué la de un grupo de buenos amigos que saben disfrutar del buen yantar y que ya conocian el evento de años anteriores. Paco, Charo, Otilia y Lino, Rafa y Elena se unieron a nosotros para la ocasión. Y como novedad, tanto en el grupo como en la cita gastronómica desconocida para ellos, nos acompañaron Nica y Fernando que también pudieron apreciar las habilidades culinarias de los
anfitriones y de modo especial de la dueña de la casa y principal organizadora del evento.
La comida fué muy amena y agradable desde el inicio hasta bien entrada la tarde, ya que tras los postres se comentó sobre cultura, afinidades, rememoraciones de otros eventos, y de todo lo divino y humano. En fin, una jornada para el recuerdo de la quiero dejar aqui constancia para la posteridad.
Y prueba de todoello, son las imágenes que se acompañan, donde queda fe del menú y también de los comensales y el buen ambiente que existió.