Soria, esa desconocida.

Como cada año, llegadas estas fechas Ipi y yo nos hacemos un viajecito para celebrar nuestro aniversario, el noveno en esta ocasión. Y dentro de las múltiples posibilidades que barajamos, terminamos viajando a Soria, por donde yo no pasaba desde hace 50 años, cuando el viaje de fin de curso del bachillerato. Como dicen los amigos, la progresión de los últimos años ha sido decadente de forma acelerada, si tenemos en cuenta que hace un par de años estuvimos en Dubai y Maldivas y el año pasado en Marrakech. Pero hay que conocer España, y en este caso Soria es una provincia casi desconocida para nosotros y que tiene preciosos parajes para recorrer, algunos de los cuales han quedado pendientes para un futuro nuevo viaje por la zona.

La elección del lugar vino derivada de haber buscado inicialmente un alojamiento del tipo de casa rural y encontrar lo que nos parecía una buena oferta en Valdeavellano de Tera, un hotel termal en medio de la provincia y cerca de lugares tan atractivos como Numancia, la Laguna Negra y los Picos de Urbión o el cañón del Rio Lobos, entre otros. Después de numerosas consultas terminamos seleccionando ese hotel y allá nos fuimos el jueves 15 de febrero, después de haber cenado la noche de San Valentín con nuestros amigos Elena y Rafa en La Barbería, donde por cierto habíamos degustado un rico vino de la zona de Arlanza, próxima a nuestro destino en Soria.

Hay que tener en cuenta también que otro objetivo calculado previamente era comer a la ida en Villalcazar de Sirga, en el restaurante que duranteimg_8087 mi paso por aquella zona en el recorrido del Camino de Santiago me había dejado tan grato recuerdo. Y otro punto de parada era el Monasterio de Santo Domingo de Silos, para conocerlo y escuchar los cantos gregorianos de los monjes en sus actividades habituales.

img_8078img_8085Calculado todo ello, llegamos a Villalcazar a la hora de la comida, sobre las 2 de la tarde. Aquello estaba prácticamente vacío y en el restaurante de Pablo el Mesonero solo había un par de personas comiendo, aunque luego gtras nuestra llegada se incorporó un grupo de otras 6 ó 7 personas. Alli nos sirvieron los productos característicos: Morcilla, Lechazo y de postre Leche Frita, y regado con un vino de la casa. En conjunto, una comida excelente, cumpliendo asi yo mi capricho de rememorar ese lugar, ya que cada vez que he tenido ocasión de viajar por la autovía del Camino de Santiago y pasar cerca de Villasirga me 6h5a2006quedaba con las ganas de parar a comer. La impresionante iglesia del pueblo estaba cerrada, por lo que no pudimos visitarla y nos limitamos a dar una vuelta alrededor de la misma y observar los pórticos de sus puertas.

Tras la comida, continuamos camino a Santo Domingo con la idea de llegar a visitar el Monasterio y escuchar los cantos de los monjes.6h5a20296h5a2289 Sin embargo, cuando llegamos, recién cumplidas las 6 de la tarde, vimos que ya no era posible la visita al claustro (única parte visitable del monasterio, además de la iglesia) y dado que los cantos no eran hasta una hora después, aprovechamos para hacer un recorrido por el pueblo, para estar puntuales como clavos a las 7 en la iglesia. Tuvimos suerte y pudimos escuchar las «Vísperas» que son los rezos de la tarde, con una duración próxima a los 45 minutos, de los cuales casi 35 minutos son de cantos. Una delicia escuchar a los 21 monjes recitar sus oraciones mediante cantos gregorianos. Y una experiencia que cumplió las expectativas que habíamos depositado en esa visita. Nos quedó, sin embargo, pendiente para una segunda ocasión la visita al claustro, que dejamos para uno o dos dias después.

Y desde Silos, directamente a Valdeavellano, a donde llegamos poco después de las 9 de la noche. El pueblo parecía un sitio fantasma, ya que no había nadie por las calles e incluso pensamos que estaríamos solos en el hotel, aunque a la mañana siguiente en el desayuno comprobamos que el hotel estaba prácticamente completo. Para poder cenar algo, o más bien tomar una cerveza y estirar un poco las piernas encontramos el que creo que es el único bar-restaurante del pueblo, donde la gente veía por tv el partido de futbol entre Real Madrid y Nápoles. Estuvimos alli solamente el tiempo de tomar una cerveza y unos pinchos antes de ir a dormir, para al dia siguiente desayunar a primera hora y aprovechar la jornada.

El jueves 16, tras el desayuno y pese a que inicialmente proyectábamos volver a Silos para la visita al claustro y seguir luego a Lerma y Covarrubias (Ipi había leido que esas tres poblaciones forman el triángulo de Arlanza y que valía la pena la visita), pues finalmente cambiamos de plan, un poco por indicaciones del propietario del hotel. Nos informaron que no iba a ser posible la excursión a Picos de Urbión y Laguna Negra porque en esta época del año está lleno de nieve y no se puede acceder alli, de modo que lo dejamos para mejor ocasión. img_8095Y en cambio nos aconsejaron hacer ese día la visita a Numancia, a donde llegamos a las 11 de la mañana y aunque esa hora de visita estaba ya completa para los escolares de un colegio de img_80936h5a20636h5a2057Valladolid, nos acoplamos al grupo para poder oir las indicaciones del guía, aunque luego seguimos por nuestra cuenta ya que se paraba en exceso en explicaciones para niños. De la ciudad celtíbera no queda nada, ya que fué arrasada por los romanos tras tenerla sitiada durante más de un año. Sobre la antigua ciudad los romanos construyeron la suya, y de esta quedan restos que permiten visualizar la organización de la misma, sus calles, aljibes, etc. Hay un par de construcciones que reproducen la casa típica celtíbera y la romana. Fué interesante el recorrido por aquellas ruinas que forman parte de la historia que estudiamos de pequeños en el instituto.

Y de Numancia, a Soria capital, donde lo único que encontramos de interés fué la iglesia de Santo Domingo, que valió la pena visitar. La ciudad esimg_8097 posiblemente lo menos interesante de todo el viaje. Tiene una población que no llega a 40.000 habitantes y nos limitamos a tomar una cerveza y img_8096probar los torreznos, a la vez que comprábamos la mantequilla con denominación de origen de Soria. Y sin perder más tiempo seguimos camino hacia Calatañazor, el pueblo que dió nombre a la famosa batalla en la que los cristianos derrotaron al moro Almanzor. Se dice que allí «Almanzor perdió el tambor» pero parece ser que la referencia al tambor es que allí empezó su declive y lo que perdió fueron las ganas de vivir y la salud. Perdió la «presencia de ánimo».

Calatañazor es un bonito pueblo, rodeado completamente por una muralla y enclavado en lo alto de una colina.6h5a2139 En la actualidad tiene unos 100 habitantes censados, pero según el alcalde, de forma habitual duermen allí solo una docena de personas, aunque los fines de semana hay numerosos visitantes y en verano también aumenta notablemente la población. De los varios restaurantes que hay en el pueblo, (son casi todos del mismo propietario) a diario solamente hay uno abierto, el que está en la Casa Rural 6h5a21256h5a2149Calatañazor, donde pudimos degustar unos torreznos típicos, un delicioso revuelto de hongos y Conejo escabechado. Hubimos de esperar un poco para comer ya que justamente cuando llegamos estaba el equipo de España Directo grabando en la cocina del restaurante cómo la dueña preparaba unas típicas «Migas del Pastor». En una tienda del pueblo compramos varios tipos de queso de la zona y el propietario nos dió una lección magistral sobre Almanzor, su vida y hazañas y nos contó un montón de particularidades del entorno. En definitiva, una interesante visita y muy ilustrativa sobre la historia, la comarca y la vida de los sorianos.

Y para terminar la jornada seguimos el recorrido hasta La Fuentona, que es una pequeña laguna donde nace el río Abión. 6h5a2169Tiene una cascada que en esta ocasión no pudimos ver porque no tenía apenas agua. La laguna tiene un color verde-azulado debido a las particularidades del agua que mana y está declarada como Monumento Natural. Para llegar a ella hay que recorrer a pié alrededor de un kilómetro desde el aparcamiento. Valió la pena la visita aunque fué una lástima no poder contemplar agua en la cascada.

Desde La Fuentona regresamos directamente al hotel, ya que a partir de las 7 de la tarde nos esperaba una sesión de spa y masajes en camilla. El spa bien sin más. Estuvimos un buen rato en el jacuzzi, alternandolo también con los pasos por la sauna y el baño turco. Y la sesión de camilla de masajes, un rollo, porque los masajes se reciben mientras estás tumbado en la camilla a partir del recorrido de un rodillo que te machaca la espalda. Mas que un disfrute fué casi un tormento. Y después de tanto relax y de la buena comida que habíamos degustado, ya ni siquiera nos animamos a salir a cenar.

6h5a2265El viernes 17 finalmente hicimos el recorrido del ya comentado triángulo de Arlanza. Fuimos directamente a Silos para visitar el claustro, que es precioso, aunque el guía que nos acompañó fué un peñazo. Era como quien lleva un audioguía, pero peor. Monótono en sus comentariosimg_8109 parecía una grabadora, aunque sin duda nos dió mucha información sobre los detalles de la 6h5a2209construcción del claustro 6h5a2239que es realmente fantástico. Y en el claustro, el ciprés de más de 25 m. de alto al que el poeta Gerardo Diego dedicóun hermoso soneto. El ciprés es el que sobrevive de los cuatro que se situaban en otras tantas esquinas del claustro.  Además del claustro se visita la antigua botica, biblioteca y un pequeño museo, pero valió la pena recorrer los 105 kms que separan Silos de Valdeavellano.

Para completar el recorrido del triángulo, de allí nos dirigimos a Lerma, antigua ciudad ducal que realmente poco tiene que ver. Lo mejor el Palacio Ducal hoy convertido en Parador. Tiene una hermosa plaza mayor, aunque está delucida porque se utiliza como aparcamiento y está llena de coches. 6h5a2327Tras un pequeño recorrido por sus callejas, aprovechamos para comprar productos típicos de la zona, como los torreznos, morcilla de Burgos, Lechazo y mantequilla, además de vino de Arlanza y queso de oveja churra, que es la que genera la leche de la que se nutren los corderos lechales en su corta vida.

img_8122El tercer punto del triángulo, Covarrubias, sí que valió la pena ser visitado. Llegamos justo para la hora de la comida y después de un pequeño recorrido por las cuidadas calles del lugar, comimos fantásticamente en el restaurante Casa Galin, donde una amable camarera faciltó el menú de celíacos de Ipi y donde yo pude tomar un menú degustación a base de morcilla, torreznos, sopa castellana y una espléndida chuleta. 6h5a2345Al igual que en días previos, excelente gastronomía la que hemos podido disfrutar en estos días por las provincias de Burgos y Soria.

Desde Covarrubias y de camino al cañón del Rio Lobos, nos encontramos con los restos de un antiguo monasterio, San Pedro de Arlanda, semiderruido y que dejó de estar ocupado tras la desamortización de Mendizábal. debió ser hermoso en su momento. Y pese a que recorrimos buena parte del parque natural del Rio Lobos, no llegamos a lo que es realmente el cañón porque se hizo tarde. De modo que continuando el camino de regreso, nos dirigimos a Burgo de Osma, 6h5a23836h5a2381otra hermosa población que tiene una enorme catedral y unas calles muy cuidadas. Nos llamó la atención la cantidad de gente que había en la plaza mayor, pese a que a aquella hora, caida la tarde, ya refrescaba bastante. Y antes de volver a Valdeavellano, nueva parada en Soria, esta vez para tomar una cerveza y comprobar el ambiente. Puesto que era viernes noche, había muchísima gente en las terrazas de los bares del centro, y curiosamente muchísimos niños pequeños jugando por las plazas mientras sus padres se tomaban unos vinos. Pese a todo, no variamos nuestro criterio de que Soria es una muy pequeña ciudad con realmente no demasiado interés.

Y terminado el programa de viaje, la mañana del sábado aprovechamos para comprar en la panadería productos típicos (pan, galletas, unas roscas) y en 6h5a2401un supermercado más mantequilla y unas setas, haciendo asimismo un pequeño recorrido por el pueblo, que en los dias anteriores ni siquiera habíamos visitado.

El regreso, de un tirón hasta casa, ya que coincidían en la misma fecha un partido del Depor y luego un concierto de la OSG. Todo preparado para reincorporarse a la normalidad de la vida coruñesa. Y nos queda el hermoso recuerdo de estos cuatro días disfrutados a pleno rendimiento.

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