20 de julio de 2006. Tras dormir bastante mal a causa del calor (pasé buena parte de la noche
abanicándome), inicié la marcha poco después de las 7 de la mañana. Aunque al principio el recorrido no parecía duro, poco a poco se fué complicando a causa del mal estado del suelo, con mucho barro. Antes de llegar a Cirauqui
hubo una subida complicada. Menos mal que allí había un bar donde hacer un alto y poder tomar un café. Reanudada la marcha, volví a hacer otra parada en el pueblo de Lorca. Tiene en el centro del pueblo una fuente con agua fresquita, donde apetecía
descalzarse y meter los pies para refrescarse. Hice una comida muy simple, a base de chocolate y naranjas. A partir de ahí, el recorrido fué casi llano, aunque el calor lo fué haciendo cada vez mas duro. A mi llegada, tras un recorrido de 22 kms, tuve que esperar por la apertura del albergue e hice cola para tratar de conseguir una buena cama.
La final me tocó una cama baja, junto a la ventana, lo que fué importante para no pasar demasiado calor.
Ya descansado y tomada la ducha de rigor, aproveché para hacer colada en la lavadora, y salí luego a comprar fruta, y aunque había pensado en hacer una buena cena, ya que la comida no lo fué tanto, me encontré con que Estella/Lizarra estaba en plena semana medieval, con
desfiles y monerias de los «medievos», asi que me tomé tranquilamente una caña en la plaza y más tarde un vino con chistorra en el bar del folklore. Como ya no me atraía tanto la idea de la cena, repetí otro vino con pincho en un bar, de camino al albergue, y me retiré a dormir pronto.
Mientras estaba sentado en la plaza tomando mi caña, se sentó a mi mesa una alemana que también va de camino y buscaba acomodo para tomarse una clara. Charlamos un rato, mientras ella pintaba en su cuaderno la fachada de la iglesia de San Juan, que está en esa misma plaza.