Fué el 21 de marzo de 2008, sábado. En esa fecha hicimos los 23 kms. que nos restaban para llegar a Santiago.
De forma que salimos a buena hora, con el afán de hacer un alto en el Monte do Gozo, y desde allí bajar directamente hasta el centro de Santiago, donde ya nos esperaba un caluroso recibimiento.
Por el camino pasamos ante la escuela que lleva el nombre del que fué mi tio, Francisco
Rodríguez Gigirey, cerca de Lavacolla, y ya en Santiago hicimos una parada, con foto, ante el crucero de la Rua de San Pedro, donde vivió mi padre cuando era pequeño. Fué mi pequeño recuerdo en ese momento para mi tio y mi padre, naturales de Santiago.
Llegados al centro de Santiago, paso obligado por la oficina del
peregrino, para certificar la llegada, recoger la Compostela y anotarnos para que en la misa del peregrino hicieran mención a nuestro recorrido.
Y como la misa del peregrino es por las mañanas, Ipi nos trajo de regreso a A Coruña, para volver a Santiago a la mañana siguiente, ya reconvertidos con ropa de calle, a participar de la Misa del Peregrino y ver funcionar el botafumeiro.
En fin, un recorrido total de casi 800 kms. en cuatro fases diferenciadas en el tiempo y un total de 29 etapas. Mi opinión general es que ha sido algo muy gratificante, duro en muchos momentos pero siempre interesante, ya que se tienen vivencias muy personales, se conoce a mucha gente de todas las nacionalidades y formas de pensar, y se descubren las capacidades de uno mismo para enfrentarse a situaciones no habituales.