Camino 2017 – Etapa 6: Los Arcos – Logroño lo

15 de abril. Tras una noche tranquila y reposada, hoy comenzamos la jornada bien pronto, y como no había donde desayunar cerca del albergue Casa Alberdi, sobre las 7’30 de la mañana nos pusimos en camino, para llegar a Sansol y hacer allí la primera comida del día. Los 7 kms que separan ambos pueblos se hicieron de forma muy cómoda, pues la mañana estaba fresca, el recorrido no era duro, y además aquello parecía una procesión por la cantidad de peregrinos que circulaban.
Llegados a Sansol nos encontramos con la sorpresa de que solo estaba abierta una tienda en la que se podían comprar café, zumos, pan y fruta y embutidos, con lo que allí se formó una media feria porque todos terminamos en el mismo sitio. Como nuestro grupo fue llegando por partes, empecé desayunando yo y el resto a medida que iban llegando. Tras Sansol, superamos Torres del Río que está como 1 km después, donde pude comprar fruta, a precio mucho más asequible de lo que viene siendo habitual (eran 0,30 € la pieza, mientras venían costando hasta ahora 0,80 € donde la tenían disponible).
Y superado ese último lugar, un sube y baja continuado hasta Viana, aunque con una mini parada en medio, junto a una roulotte que está instalada en medio del monte y hace su negocio con todos los que circulamos, que estos días somos muchos. En medio del trayecto hay quien tiene ganas de dejar su impronta en el recorrido depositando algún papel, un lazo, o lo que se le ocurra, con lo que se va generando un medio estercolero.Al final, en cada parada venimos coincidiendo casi los mismos, más o menos tiempo. Hoy allí estuvieron Cristina, la madrileña que va con sus hijos, otra pareja que va con un niño y una niña en una silla, nosotros y varios más de los que no se el nombre pero que vemos cada día. Por cierto, la pareja que camina con la niña en una silla me parece admirable porque deben hacer entre 15 y 20 kms diarios, y el crío que camina no tendrá más de 12 años.
Llegados a Viana, por turnos (yo el primero, Truus un poco más tarde y los franceses algo después -hoy Xavier se atrevió a hacer el recorrido andando-), hicimos una pequeña parada esperando la llegada de la mujer de Xavier, que vino de Burdeos a recogerlos. Y ya con ella, hicimos la travesía de Viana, y junto a la iglesia gótica de Santa María encontramos a los madrileños, que también desde allí terminaban su camino por este año. Y según lo que Xavier les había retado, allí todos juntos nos pusimos a cantar el himno que ellos traían y que repetidamente hemos cantado en estos días. La mujer de Javier grabó en vídeo toda la intervención y nos la mandaran a todos.
Recorrimos la calle principal buscando un lugar donde comer y tras varios intentos fallidos (estaba todo abarrotado), finalmente encontramos el Restaurante Pujades, donde nos sirvieron un excelente menú, al que además al final nuestros amigos franceses nos invitaron a Truus y a mí, que continuamos la ruta.
Debido al tiempo de la comida, la salida hacia Logroño, que hicimos entre grandes gritos de ánimo de Xavier, Anne Laure y Philippe, se realizó más tarde de lo previsto inicialmente. Pero aun así hicimos los 12 kms del trayecto prácticamente sin parar y en tiempo récord, recuperando parte del retraso. Y ya una vez en Logroño hemos hecho un pequeño recorrido, buscando donde sellar la credencial. Pudimos visitar la iglesia de Santiago, pero para el sello encontramos finalmente uno de los albergues que no tenían plaza para nosotros y allí conseguimos el sello.
Para llegar a nuestro alojamiento pensábamos tomar un taxi si no aparecía el bus, y tuvimos la suerte de ver un bus que venía a Navarrete y estaba listo para salir, así que nos salió redondo. Mañana hay bus para bajar a Logroño a las 8, así que iremos ya a desayunar allí. Por cierto, el albergue de Navarrete, muy bien.
Aquí hemos cenado en un pequeño bar cerca del albergue, tras una visita a la imponente iglesia que tenemos enfrente, que por cierto me recordó que la anterior vez que pase por aquí estaba con una boda.

“El Camino de Santiago es parábola y realidad al mismo tiempo porque se hace por dentro y por fuera en el tiempo concreto que duran las jornadas y a lo largo de toda la vida cuando has dejado que el Camino te penetre, te transforme, te convierta en peregrino.”

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