Camino 2017 – 3

Tras 12 días de recorrido, más de 350 kms caminados y un número enorme de personas conocidas hasta este momento, vuelvo aquí para hacer algún comentario que señale la evolución producida en estos días de mi camino.
Como primer matiz, reincidir en la sorpresa -agradable, naturalmente- que me produce el confirmar que después de los días y quilómetros transcurridos mi cuerpo responde a la perfección y mantengo el mismo ritmo medio de marcha (en el entorno de los 5,5 km/hora) al tiempo que no tengo problemas de rodilla y mis pies están sanos (ha aparecido una pequeña ampolla sin mayor importancia que no me frena ni nada parecido). Físicamente me encuentro de maravilla, estoy reduciendo peso, sin duda, y me encuentro con todas las fuerzas para llevar a término mi proyecto.
Anímicamente también me encuentro bien. No han surgido problemas ajenos a la marcha que me hayan trastocado y más bien al contrario es posible que alguna de esas cosas que en líos últimos tiempos me tienen inquieto (léase David), tenga algún avance positivo, sin querer echar campanas al vuelo. Vamos, que problemas pueden existir y los hay, sin duda, pero en este momento no me generan tensiones.
Y en otros aspectos el viaje me esta sirviendo para seguir conociendo gente, personas de todo tipo y con mentalidades muy diversas, pero pudiendo sacar enseñanzas positivas en todos los casos. Para practicar idiomas, ya que ya sea tanto con ingles como en otros casos con francés aquí te entiendes con todo el mundo. Y la diversidad de las personas, si se sabe buscar en sus ideas, formas de actuar, etc, aporta muchas cosas interesantes.
Yo sigo teniendo todo el tiempo del mundo para recordar otras situaciones vividas en este mismo trayecto 10 u 11 años atrás, y puedo valorar mi evolución en estos años, en todos los aspectos, pero básicamente en lo emocional, en la tranquilidad que ahora tengo respecto a cómo me sentía entonces, en la forma de disfrutar de cada evento, de comentarlo y sobre todo de vivirlo. Es algo de lo que tuve la oportunidad de comentar y reflexionar el otro día durante la visita que me hizo Zuriñe, que se desplazó desde Vitoria a Santo Domingo de la Calzada para verme, y porque esos temas surgieron cuando uno y otro hablamos de nuestras situaciones de otros tiempos y de ahora.
Cada día, lejos de sentirme más cansado, inició la jornada con mayor soltura, con más decisión y convencido de llegar a Coruña en los plazos más o menos estimados antes de salir, pero sin que eso sea una mínima preocupación: si llego para el día 6 estupendo pero si hay que alargarlo algunos días tampoco va a pasar nada; ya lo celebraremos como y cuando sea. Quiero seguir aprovechando cada paso que doy, porque lo doy convencido y me gusta estar haciéndolo. Si algo pienso que sería mejorable, sería poder estar aquí acompañado por Ipi, aunque hubiese que llevar una marcha mucho más lenta. Siento en ocasiones envidia de algunas parejas a las que veo caminar juntas, aunque uno y otro vayan separados por unos metros, pero luego en lis descansos y en los albergues vuelven a compartir los detalles del camino. Pero como sé que eso es algo ahora mismo impensable me conformaré con intuir la posibilidad de hacer algo similar en trayectos de pocas etapas como cuando hicimos el camino a Fisterra. Y seguimos caminando, que esto todavía no termina ……

Enviado desde mi iPad

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.