Camino 2017 – Etapa 17: Leon – Villares de Orbigo

26 de abril. Ha llegado el frío, tal cómo pronosticaron. Hoy se ha dejado sentir durante toda la etapa, y aunque no es tan intenso como aquellos de atrás al empezar la mañana, hoy en ningún momento se han superado los 9 grados. A ratos viene viento del norte que se deja notar, pero en conjunto, para andar viene bien.
Hoy salí del albergue poco después de las 7, con la idea de ir a desayunar a Virgen del Camino, que está a casi 8 km de León. La salida de la ciudad es larga, pues el camino te lleva por todas las iglesias para terminar delante de San Marcos. Pero después se pasa por un montón de calles hasta llegar a Trobajo, que es como un anejo de León. Desde ahí tras pasar junto a unas casas de esas excavadas en la tierra, típicas de la zona, la ruta nos lleva por el medio de un polígono que se hace largo y pesado. Cuando por fin se divisa Virgen del Camino ha pasado ya más de una hora y cuarto. Y así llega él desayuno. Debo decir que hoy en la salida de la ciudad he visto mucho peregrino y es que León es punto de arranque para mucha gente.
Superada esa localidad el sendero vuelve a ser contiguo y paralelo a la N-120, pero ahora con mucho tráfico y en ocasiones el sendero desaparece y vas directamente por el arcén. El siguiente pueblo con que te encuentras es Valverde de la Virgen, unos 5 kms más adelante. Nada que reseñar, además de que la torre de la iglesia está copada por las cigüeñas. Es un lugar pequeño y ni siquiera su albergue aparece en la guía que llevo.
Continuando el camino, después de otros 8 kms de marcha llegamos a Villadangos del Paramo, donde hice parada de descanso y me tome un Cola Cao que era lo que hoy apetecía por el frío. Allí, en la cafetería, estuve charlando con una china, que por lo visto se llama Jane. Viene desde Francia, pero debe tener un ritmo lento. Es joven y cuando yo continué quedaba charlando con otra joven extranjera. Ya dije que hoy hay más afluencia de peregrinos.
A partir de Villadangos, a poco más de 4 km aparece San Martín del Camino, bonita población, al salir de la cual -12,32 horas-, marcaba el termómetro 7,5 grados, por lo que en principio pensé que estaba mal, aunque pronto corrobore que esa temperatura era correcta. Lo que ocurre es que en marcha la sensación era de no tanto frío.
Y saliendo de San Martín, se cruza la carretera y el sendero se adentra entre árboles….. Pero es un espejismo porque enseguida vuelve al margen la N-120, solo que ahora por la derecha. En fin, que no se quita uno de encima el ruido del tráfico, aunque cuando en raras ocasiones pasan dos minutos sin coches, se percibe a la perfección el sonido de los pájaros, ranas, etc. Y se da uno cuenta de lo perverso que es caminar con el ruido de coches y camiones. En esa zona están con trabajos de algún tipo de canalización.
4 km después, pasamos junto al pueblo de Villavante, que queda al margen del camino y nos faltan otros 4 km para llegar a Hospital de Orbigo, un hermoso pueblo con un puente largo y bien reconstruido que tiene mucha historia. Le llaman El Puente del Paso Honroso, nombre derivado de una historia de torneos de la Edad Media. Parece que cada año rememoran esos torneos.
Y ya por fin, superado Hospital de Orbigo, ya solo quedan 3 kms para terminar la etapa en Villares de Orbigo. Es un pequeñísimo pueblo, con un solo albergue dirigido por una belga, pero que pese a ser pequeño esta bien. Es una lástima la temperatura porque hace frío y no se puede aprovechar el patio. Todo lo contrario a lo que he venido haciendo hasta ahora.
En total hoy han sido algo más de 36 kms, de los cuales los últimos como siempre han resultado los más pesados. Los pies siguen bien, aunque en las plantas a partir del km 25 cada día se nota el cansancio. Hoy tuve al final alguna molestia en el músculo delantero de la pierna izquierda. Un sudafricano que está aquí y por lo visto lleva los mismos días que yo de recorrido dice que hace 3 días que arrastra un dolor similar. Espero que el mío no se repita mañana. Y ya hablando de los pies, hoy quiero rendir merecido homenaje a mis botas, que tan bien se están comportando y cuidan de mis pies sin dañarlos. Fue un acierto elegir este calzado en está ocasión.
En el albergue se ha hecho cena comunitaria entre quienes así lo han querido (yo entre ellos), y ha resultado muy amena, además de plurilingüe: dos alemanas, una finlandesa, un sudafricano, yo y los hospitaleros que son belgas. Una crema de guisantes y puerros, ensalada y salchichas con puré de patatas y acelgas. De postre una tarta de manzana.
Como hace frío, toca meterse a la cama temprano para además mañana salir sobre las 7,30 pero ya desayunado.
‘El Camino te exige. Hay que levantarse antes que el sol a pesar del cansancio y las ampollas; hay que caminar en la penumbra de la noche que se va haciendo día, hay que descansar justo para no pararse.’

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