3 de mayo. Otra etapa larga, en parte por una mala planificación porque ayer cuando la pensé me salían menos kms de los que han sido al final.
Volví a mis inicios madrugadores que siempre me han dado buen resultado y poco después de las 7 estaba desayunando en el bar del albergue. Cuando me puse a caminar eran poco más de las siete y media
y el día estaba totalmente despejado, aunque se veía a lo lejos una nube de niebla que cubría el valle.
Los primeros 4 kms que llevan a Portomarin, pasando por A Pena y Mercadoiro son de bajada continuada, lo que a esas horas, con las piernas todavía frías, fueron una penalidad especial, ya que pese a haber descansado bien y dormir con las piernas en alto, el problema persiste y no va a desaparecer hasta dar un descanso durante al menos un par de días. Lo mejor era el paisaje, por la niebla que se veía al fondo.
Pero a medida que se avanzaba hacia Portomarin empecé a entrar en la niebla y cambio la temperatura. Incluso bajo los árboles caían gotas de la condensación de la niebla. Y al llegar sobre el embalse de Belesar, ya no se veía el sol y la mañana estaba fresca. A esas horas aún no se veían muchos peregrinos, si bien eran más que hace unos días.
Pasado Portomarin,
donde el pueblo reconstruido cuando el antiguo quedo cubierto por el embalse queda fuera del camino propiamente dicho, hay que dar un
gran rodeo para retomar la ruta señalizada, y a partir de ese momento los 8 kms que conducen hasta Gonzar son de subida, con varias rampas Fuertes, aunque para mí hoy las subidas eran más llevaderas que los descensos. En esos 8 kms no hay nada destacable, ni siquiera un bar donde tomar algo, y en cambio justo antes de la llegada unos espabilados han montado un chiringuito que estaba abarrotado porque todos los peregrinos (y a esas horas ya eran muchos los que circulábamos por esa ruta) se pararon allí. Yo no fui una excepción y aproveche para tomar un bocata de tortilla francesa y un zumo de naranja.
A parir de Gonzar continúa la subida, anunciándose el Castro de Castromayor, con rampas largas y muy pronunciadas que van minando la resistencia del más aguerrido. Total para no llegar a ver nunca el tal castro o al menos lo que habitualmente conocemos como tal. La subida, que termina en Ventas de Naron, ha
pasado previamente por Hospital da Cruz, si bien como es norma en estos días lo sabes porque lo dicen las guías, ya que no hay letreros que indiquen por donde vas pasando, al menos hasta alcanzar el alto.
A partir de ahí mejora la señalización y sabemos que tras andar 3,5 km estamos atravesando Ligonde, un km más adelante Eirexe, luego Portos tras caminar otros 2 km, y Lestedo 1 km después. Todo ese recorrido ya es llano, o con ligeras subidas y bajadas. Lo malo es que a esas horas el sol ya está en lo alto y calienta de lo lindo. Y la suerte (relativa) es que afortunadamente en muchos de esos tramos la ruta se desarrolla piro senderos entre árboles, que resultan francamente agradables porque mitigan bastante el calor.
En ese tramo me encontré con un asiático que caminaba delante de mí y llevaba tantas cosas encima que más qué peregrinando parecía que hubiera hecho la mudanza de casa y llevará todo encima.
En todo caso , hoy ha sido un día en que todos o casi todos los bares de la zona que he transitado han estado abarrotados, porque hay que señalar que desde el fin de semana, y fundamentalmente desde el lunes el número de caminantes se ha multiplicado por cuatro o por cinco. Hoy eran numerosos los grupos de 4 o más personas, y no sólo extranjeros sino tambien muchos españoles y otro dato a reseñar es que hay ahora muchos más jóvenes, españoles y extranjeros.

En Palas hay un montón de albergues pero parece que en todos hay una buena ocupación porque se ve mucha gente y a la hora de la cena en el lugar que cene, había muchos peregrinos, solos o en grupos.
Se acerca Santiago, o mejor dicho nos acercamos los peregrinos a Santiago y se va viendo ya ambiente de llegada.
‘El Camino se debe hacer desde la soledad de cada uno, en compañía de todo el mundo.’
Enviado desde mi iPad
Ya queda muy poco… esta vez con el blog estoy compartiendo el camino, y todo lo que leo cada día me emociona. Pienso que es un reto muy duro por lo que hay q tener mucha fortaleza física y emocional. Gracias por compartir estas vivencias.
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