Después de 8 meses de haber terminado el Camino, otra forma de disfrutar de la naturaleza y del aire libre, es esquiar, y es algo que cada año procuro hacer al menos durante una semana al año, y este año, pese a las limitaciones surgidas recientemente, también quiero realizarlo.
Por ese motivo, ayer domingo abandoné A Coruña para, acompañado de mi amigo Rafa y su hijo Fernando, embarcar muy de mañana (a las 6,35 h. ) desde Alvedro rumbo a Granada, previo paso por Barajas.
Llegamos al aeropuerto de Granada con puntualidad y poco después tomábamos un coche de alquiler para llegar a Sierra Nevada, con un paisaje nevado envidiable y unas expectativas de nieve excelentes aunque sin seguridad de poder disfrutarlo a tope porque las previsiones meteorológicas eran un tanto siniestras.
Y despues de instalarnos y descansar un rato, ayer mismo pasamos a valorar el estado de la nieve, a reconocer a fondo el hotel y a descubrir los lugares que nos van a entretener fuera de las pistas, ya que no todo en esta semana va a ser esquiar, aunque sea lo fundamental.
Por eso nos fuimos a tomar unas cervezas y a cenar algo, recorriendo los lugares que hay en Pradollano y que por cierto son muchos y muy buenos.
Terminamos tomando unas cervezas y unas tapas en Tapas Tito y luego en otro bar próximo antes de regresar al hotel y entregarnos al sueño.