El pasado fin de semana ha sido interesante a nivel de senderismo, ya que me había anotado para una marcha nocturna el viernes por el Monte Xalo y a mayores surgió la posibilidad de hacer también una caminata el domingo por la zona de Laxe.
La marcha nocturna, que me vino ofertada por el Club Audi, fué una completa novedad para mi, habida cuenta de que estoy habituado a caminar de día, incluso muy de mañana antes del amanecer o justamente desde que sale el sol, pero no lo había hecho antes en horas de completa oscuridad.
El programa, llevado a cabo el viernes día 19 de octubre, consistía en subir al Monte Xalo (no hasta la cumbre, sino un recorrido hasta una altura de aproximadamente 350 m.), en grupo, para lo cual partimos desde las instalaciones de Arrojo, en la N-VI, hasta Celas de Peiro, junto a la iglesia, que fué el inicio de la marcha.
Nuestro grupo estaba compuesto por 9 personas, de las cuales 5 hombres y 4 mujeres. Uno de los hombres era el «director de orquesta», es decir quien conocía el camino e iba dirigiendo la marcha. Yo no conocía a ninguno de los participantes, pero enseguida se estableció un buen ambiente de grupo y la marcha se hizo amena. Aunque era una noche con bastante luna, la visión era casi inexistente porque el trayecto se hace en una zona boscosa con mucha vegetación y en la que la luz nocturna apenas se percibía. Eso sí, íbamos equipados con iluminación de esas lámparas que se llevan en la frente para facilitar el recorrido.
La subida tenía su importancia, ya que la altura a la que llegamos se alcanzó en un recorrido de aproximadamente 5 kms o algo más, lo que implica algunos tramos con pendiente muy significativa. Aunque todos llegamos arriba sin «daños significativos» hubo una de las chicas que sufrió mas de lo que esperaba. Pero como colectivo todos acoplamos el ritmo a sus necesidades, y así la bajada se hizo en grupo y ya de forma más relajada.
Simultáneamente a nuestra marcha, hubo otro grupo que realizó el camino corriendo, y además en este caso ese grupo llegaba hasta la cima del Monte Xalo. Resultó que pese a correr, al final tardaron como 45 minutos más que nosotros porque al parecer una par de los componentes del grupo se pasaron de optimistas y tuvieron algunos problemas para llegar arriba al ritmo del resto. Pero en definitiva, todos regresaron al punto de partida sin contratiempos.
Fué una experiencia muy interesante, al menos para mi, y me han quedado ganas de repetir el recorrido, aunque ya de día y subiendo hasta la cima. La zona es bonita, con varios molinos de agua en la parte inicial de la ruta y creo que valdrá la pena repetirla.
Y si esa marcha la hice yo con ese grupo de personas convocadas por el Club Audi, resultó que el sábado durante la asistencia al Concierto de la OSG Fernando y Mayi nos sugirieron la posibilidad de acompañarles a hacer un recorrido por la zona de Laxe, en lo que se viene denominando Ruta de los Faros. Por supuesto, nos apuntamos Ipi y yo, y el domingo de mañana allá nos fuimos.
Hubo un cierto despiste al tomar las derivaciones
hacia Laxe y terminamos llegando a Camariñas. Y para no regresar y perder más tiempo, optamos por escoger un trayecto que forma parte de esa Ruta de los Faros, iniciando la marcha desde la parte alta del puerto en Camariñas y recorriendo la costa en direccion a Cabo Vilano. La ruta es francamente espectacular,
al recorrer toda la costa, con numerosas calas, zonas rocosas e incluso la enorme granja de Stolt Farm en las inmediaciones de Cabo Vilano, donde se cria buena parte del rodaballo de piscifactoría que se consume en España.
Al llegar a la altura del faro, dejamos al márgen la subida al mismo y continuamos hacia el Cementerio de los ingleses, pero sin llegar alli porque la ruta no era circular y había que regresar a Camariñas con tiempo para comer.
En cualquier caso fué una marcha cómoda, siempre con sol y viendo el mar, haciendo aproximadamente 15 kms entre las 11,30 h. que fué la hora de comienzo y las 15,00 h. más o menos que fué cuando regresamos al pueblo para comer. Aunque en el resumen de endomondo aparecen solo 13,34 kms., hubo una parte del principio que no se contabilizó por fallos en el gps.
Tras la comida, en una terraza de Camariñas a cubierto del sol y con una excelente temperatura, hicimos un recorrido ya desde el coche para visitar el Faro de Cabo Vilano, y nos acercamos a una parte del recorrido hecho a pié para llegar hasta el Cementerio de los ingleses que no habíamos visto por la mañana.
Y después, regreso a Coruña, tras una jornada espléndida, relajante y beneficiosa desde el punto de vista saludable.