Hace unos meses Yago, el hijo de unos apreciados compañeros, desapareció sin dejar rastro después de haber asistido a un concierto en Ortigueira, y tras 5 meses de ausencia a día de hoy sus padres siguen sin saber nada de lo que pudo haber ocurrido a Yago.
En este tiempo se han movilizado todo lo que estuvo a su alcance, y además de haber puesto carteles con información sobre el caso, de conseguir que en prensa se diera publicidad al tema y de organizar a nivel familiar y de amigos diversas batidas por los alrededores de donde a Yago se le vió por última vez, no tuvieron éxito.
El pasado 15 de septiembre se realizó una concentración en la plaza de Pontevedra, en A Coruña, para mantener vivo el tema, manifestación a la que no pude asistir por estar entonces ausente de la ciudad. A la misma acudieron además de sus familiares y amigos próximos, multitud de personas que se solidarizaron con la búsqueda.
Y después de todo esto, tras numerosas gestiones con la Guardia Civil y otras instancias, se consiguió organizar para el día de ayer, 10 de diciembre, una batida por los montes en los alrededores de la estación de ferrocarril de Cerdido, lugar en el que se visualiza por última vez a Yago en aquellas fechas del mes de julio.
La convocatoria tuvo un gran éxito, y de mañana a muy primera hora nos juntamos en el punto de encuentro (estación de Cerdido) más de 300 personas, de todas las edades, entre Guardia Civil, Policias Locales, un equipo de Infantería de Marina, miembros de Protección Civil y numerosos amigos y familiares de Yago y de sus padres.

A las 8,30 comenzó un dispositivo perfectamente organizado, que consistió en formar 55 grupos de 5 personas, cada uno con su respectivo jefe o responsable, a los que se asignó un area de rastreo para cubrir una amplia zona de monte. En mi grupo, creo que el número 47, formaban dos infantes de marina y tres amigos de la familia. Nos tocó rastrear una zona bastante alejada de la estación, y sobre todo muy densa en cuanto a
vegetación, fundamentalmente helechos, silvas y ramas de arboles caidos. Por las fotos que se acompañan es facil imaginar las dificultades de rastreo, tratando de desbrozar en parte la maleza para visualizar el fondo. Y aunque los resultados no fueron los deseados, ya que no se logró encontrar nada que pudiese orientar sobre el paso de Yago por aquellas zonas, al menos se ha confirmado la solidaridad de los amigos, las instituciones y la ciudadanía en general con este tema, para evitar que caiga en el olvido.
A título de anécdota, comentar que uno de los acompañantes con quienes compartí vehículo para desplazarnos hasta Cerdido comentaba al regreso que su «bastón» lo mantendría vivo hasta que Yago aparezca.
Ayer, tras la búsqueda y los negativos resultados de la misma, los padres se han sentido agradecidos a quienes participaron, a los que no pudieron asistir, a todos los que han hecho posible el operativo, y aunque un tanto decepcionados y pesimistas, han recibido el apoyo moral de muchos amigos que prometen seguir ayudando, seguir estando a su lado y no dejar que Yago caiga en el olvido. Y por tanto, hay que pensar que esto ha sido un paso más en esa búsqueda y que es importante no perder la esperanza.