Semana Fantástica

Esto no tiene nada que ver con El Corte Inglés ni con sus promociones comerciales, aunque podría decir que coincide con aquellas en que no es realmente una semana y que se dan una serie de circunstancias singulares por lo que este período de entre 9 y 10 días ha sido excepcional.

Podemos poner como comienzo del mismo en el sábado 2 de julio, fecha de inicio del festival +QJazz en el que se incluyeron una serie de conciertos de música que a la postre han resultado de verdad sensacionales en su conjunto, y a la vez realmente espectacular alguno de ellos. Entre medias se han juntado otros acontecimientos, también del ámbito musical, que han configurado esos días como fantásticos, como el festival Burgojazz, O Temple Jazz Festival, el Atlantic Pride, y de forma singular la gira de despedida de Serrat.

Pero volviendo al inicio, el sábado día 2, después de una exitosa comida familiar en Santiago con motivo de la reunión de 7 primos carnales, por mi parte paterna, que me dio la oportunidad de confraternizar unas horas con personas con la que tenemos una poco frecuente pero excelente relación, acudimos a la actuación en Garufa de Gitano Palo, un coruñés que se mueve por el mundo con una música singular, con conexiones y aproximaciones al flamenco, pero con un estilo muy personal. La sala estaba llena de amigos y familiares del cantante y algunos espontáneos como nosotros a quienes nos cautivó su estilo, su voz y su música, aunque en otros aspectos resultase un tanto altivo y chulesco. Pero en su conjunto, la actuación estuvo francamente bien.

El domingo día 3 teníamos que elegir entre dos actuaciones: una de ellas en el Burgojazz, y otra del Atlantic Pride, optando por esta última. La decisión la tomamos porque era Soleá Morente quien actuaba en el museo Luis Seoane dentro de las actuaciones organizadas en los conciertos del orgullo LGTBI, y esa artista nos había dejado un grato recuerdo en dos actuaciones anteriores en la ciudad, una de ellas hace un par de años dentro de la programación municipal de fiestas y la última en Filloa, en un concierto intimista en el que se lanzaba a cantar flamenco. El resultado en esta ocasión fue decepcionante porque hizo un «mix» de varios estilos, (que algún medio informativo calificó como música fusión), sin acertar a nuestro juicio con el repertorio ni con el tono, y dando mucho más valor a la imagen, buscando el beneplácito de la concurrencia, que aprovechando sus virtudes musicales. En síntesis, que nos fuimos a mitad de concierto lamentando no haber elegido las actuaciones que nos perdimos en el botánico de O Burgo a la misma hora.

El lunes 4 ya lo tuvimos claro desde el principio y nos fuimos a ver la actuación de cierre del Burgojazz, que corrió a cargo del grupo madrileño No Reply, un conjunto de 9 músicos que se unieron hace casi 20 años y que, tras un paréntesis de 8 años, han vuelto a juntarse para deleitar al público con una música tipo «swing» muy bien interpretada, y con un repertorio en el que mezclan temas propios con arreglos de otros cantantes y grupos del panorama nacional. El botánico estaba lleno, como siempre, y para todos los asistentes la actuación de No Reply resultó más que buena, premiándoles al final con una prolongada ovación, tras un par de «bises» con los que nos regalaron.

La actuación del martes estaba incluida dentro del programa +QJazz y era en la sala Mardigras. El seleccionado para esta ocasión era Nick Moss, un músico estadounidense, que deleitó al auditorio, en un recinto abarrotado de público. Estaba acompañado por otros tres colegas, uno de los cuales también cantaba y lo hacía muy bien por cierto. Es una pena que la sala no tenga una mayor capacidad, porque la calidad de los músicos era digno de una afluencia muy superior, que sin duda se habría producido si el concierto fuese en Garufa, por ejemplo, que sin ser mucho mayor, tiene más capacidad y sobre todo más comodidad para los asistentes.

El miércoles día 6, había también otro concierto incluido en el mismo +QJazz festival, y era en este caso en Filloa, local que para mí tiene algo especial, seguramente por la sensación de intimidad que da, ya que la capacidad del mismo es sumamente reducida (calculo que como máximo unas 40 personas, de las cuales sentadas poco más de la mitad). Hemos ido muchas veces, casi siempre en mitad de semana, y precisamente los miércoles suele haber de forma habitual actuaciones, no siempre de grandes figuras sino más bien de trios o cuartetos de músicos locales, pero que tienen una gran aproximación al público. En esta ocasión, era un trio en el que bajo la denominación de Cast, se unían Carlos Segovia (piano), Lar Legido (batería) y Oscar Rodríguez (contrabajo). Fué una actuación estupenda, que pudimos disfrutar en primera fila, sentados y lejos de las apreturas de Mardigras, por ejemplo. Y además me sirvió para recuperar ese regusto de la vuelta al Filloa, tras los problemas de la pandemia.

Y tras el miércoles llegó el jueves día 7, un día plagado de actividades, que comenzó cuando poco antes de las 10 de la mañana me fui con varios compañeros Bebeuvas a la Plaza de Lugo a comprar marisco para la comida que teníamos prevista, con las parejas, en el Txoko de Miño, a modo de fiesta de verano, tras el parón de los dos últimos años. Después de la compra, la preparación de la comida y la propia degustación de las cocochas preparadas de forma magistral por nuestro más longevo compañero, Fernando Suarez, y el resto de platos de marisco (percebes, nécoras y cigalas), amén de lacón asado, queso con membrillo, larpeiras, helados, etc….

Pero la jornada era larga y antes de la parte musical todavía teníamos la cata de vinos en Intenso, que era la quinta consecutiva, y que estuvo a la altura de las anteriores. Además de Rafa, mi colega habitual en estas lides, nos acompañó en esta ocasión Julio. No pudimos terminarla como hacemos habitualmente con alguno de los excelentes platos que allí preparan porque era hora de acudir al plato fuerte del día, que fué la actuación en Garufa de Gisele Jackson, dentro del festival +QJazz.

Si todas las actuaciones integradas en el ciclo habían sido buenas, desde luego para mí hasta ese momento la de Gisele Jackson resultó la mas espectacular. Es una cantante impresionante, y no por su aspecto, que también, sino por su voz, por el ritmo que impone a sus canciones, y por la forma de incorporar a los asistentes a su actuación. La sala estaba llena de un público animado, que se fue entregando más y mas con cada canción. Todo un éxito con la elección, desde luego.

Si los días anteriores de la semana habían sido intensos, el viernes día 8 lo teníamos reservado en las agendas desde hacía al menos 6 meses, fecha en la que reservamos las entradas para la gira de despedida de Joan Manuel Serrat. A las 10 de la noche actuaba en el Coliseo, completamente lleno de un público «madurito» que no quiso perderse la que supuestamente es su última actuación en directo en nuestra ciudad, una de las elegidas para esta singular gira. Y Serrat no defraudó, al menos a los incondicionales, que si valoramos por la respuesta de quienes acudimos, fue algo para recordar. Cada una de las canciones que interpretó nos traían recuerdos de tiempos pasados, y yo creo que al menos el 90 % de quienes allí estuvimos participamos tarareando, cantando por lo bajini y al final cantando abiertamente con el artista sus canciones, que todo el público conocía. Un momento especial para Ipi y para mí llegó cuando interpretó, junto a la violinista que formaba parte de su equipo de músicos, «Fue sin querer», la canción que hemos adoptado como nuestra por el texto de la misma, que se acomoda a lo que fueron nuestros comienzos. Al final, todos los asistentes puestos en pie aplaudieron a rabiar a Serrat en su despedida.

Y como he dicho al principio que esta semana fantástica tiene más de siete días, llegó el octavo día de la misma, que coincidía en fecha con el sábado día 9.

Playa y castro de Baroña

Como quiera que amaneció un espectacular día de verano, y teníamos ganas de playa, pero para poder tomar el sol y disfrutar del agua, decidimos que Combouzas está muy bien pero en los últimos tiempos el oleaje es de tal magnitud que prácticamente está prohibido meterse en el agua durante toda la jornada, y aun cuando no lo está es casi imposible darse un baño por la fuerza de las olas. Así que valorando varias alternativas, optamos por ir a la playa de Baroña, a la que hace ya varios años que no acudimos. Y resultó un acierto, porque disfrutamos de un día magnífico en todos los aspectos. Un sol espléndido, sin nada de viento, con lo cual apetecía cada rato ir a mojarse. Y además el mar muy tranquilo (parece que habitualmente allí hay mar movida, pero no lo estaba en esta ocasión). Con lo cual nos bañamos quizás una decena de veces, con estancias prolongadas dentro del agua. La playa estaba casi vacía cuando llegamos y se fue llenando a lo largo del día, aunque seguía llegando gente cuando salimos, poco después de las 6 de la tarde, para regresar a Coruña a la actuación del día.

Dentro de la oferta disponible, como he dicho muy amplia en estas fechas, elegimos acudir a la zona de O Burgo, para ver la actuación de María Toro Trio, encuadrada en O Temple Jazz Festival, que cerraba el ciclo de dos días con un par de actuaciones cada uno de ellos. Previamente a la actuación, con nuestros amigos Rafa, Elena, Pila y Armando, quedamos para hacer algo así como una media cena en una terraza próxima, al borde de la ría. La actuación resultó buena, estando el trio compuesto por la titular, Maria Toro, a la flauta, un excelente pianista que compaginaba piano y teclados, y una buena batería.

La semana fantástica se completó con una novena jornada, el domingo día 10, en la que fue la actuación de cierre del +QJazz Festival. En este caso se trató de una actuación en el Teatro Colón por parte del pianista cubano Pepe Rivero, acompañado por un excelente grupo de músicos (un batería, contrabajo, chelo, violín y viola, y además la flauta de María Toro). Interpretaron temas clásicos con arreglos (desarreglos decía el pianista) que adaptaban esos temas con ritmos propios del caribe en unos casos, y otros ritmos actuales en el conjunto de temas interpretados. Como sorpresa, al final se incorporó un violinista coruñés que participó en una de las interpretaciones.

Como cierre de esta publicación quiero decir que en todas las actuaciones musicales, y en la mayor parte de las actividades comentadas Ipi y yo hemos estado acompañados por Elena y Rafa, nuestros incondicionales amigos, con quienes siempre nos apuntamos a la mayor parte de eventos, unas veces por iniciativa nuestra y siendo en otras ocasiones Elena y/o Rafa los que sugieren algo de interés para los cuatro. En definitiva, que formamos un equipo difícil de mejorar.

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