Segundo día de esquí de esta temporada. Después de otro espléndido desayuno en el Parador, salimos con rumbo al aparcamiento de Orri, al igual que ayer, puesto que desde allí tenemos a mano todos los remontes del área de Beret, y también con fácil acceso a los que llevan a la zona de Baqueira 1800, y no tenemos el lastre de, al final de la jornada, bajar las pistas a la zona baja de Baqueira, que a esas horas están intratables.
Hay que reseñar que hoy el día ha sido bueno porque aunque al despertar aparentaba menos atractivo que ayer, luego resultó estar con bastante sol, y aunque a ratos las nubes se metían sobre las pistas, pero el movimiento era rápido y prácticamente no nos han molestado en nuestros recorridos.
Para empezar, de nuevo el TSD Jesus Serra, que nos lleva a la parte alta, desde donde podemos acceder a las pistas Dera Reina y Ta Beret 1-2-3 y 4. Por una de estas últimas hacemos el recorrido para acceder a la parte de Beret que ayer no recorrimos. En la bajada, vimos que había un acceso facil a las pistas de slalom que habitualmente no están disponibles, asi que nos metimos por el medio e hicimos una gloriosa bajada, incluso aprovechando en parte las vallas instaladas, que nos permitieron esquiar en plan competición. Y luego al terminar esa pista, cogemos el TSD Clot Der Os, en el que repetiremos un par de veces más, para acceder a las diferentes pistas a las que da servicio. Esquiamos asi por Clot der Os, Audeth, Molins y Cabanes, repitiendo Audeth, pista roja por la que experimentamos las enseñanzas de la clase de ayer. Además esa pista está impecable y da gusto deslizarse por ella.



Mientras recorríamos ese telesilla, teníamos a la vista las pistas rojas de Dossau, Ticolet y Montgarri, que ofrecían un aspecto impecable y a las que esperamos para atacar hasta que ya a media mañana la nieve estuviese un poco menos dura. Por eso nos lanzamos, sobre las 12, al TSD Dossau, que nos llevaba a la parte alta, de arranque de esas 3 pistas. El inicio de Dossau impone por la enorme pendiente, pero superado ese tramo, el resto era una delicia de recorrer porque la nieve estaba inmejorable, y como hacía sol la visibilidad era perfecta, que es lo que a veces condiciona el lanzarse por una u otra pista. Hicimos una bajada por cada una de esas 3 pistas, y posteriormente también desde lo alto de Dossau tomamos el remonte-cuerda que da acceso a las pistas de Egua (rojas) que bajan bordeando la ladera por otro recorrido. Y desde allí, al bajar, nos dirigimos ya al TSD Blanhiblar, que es el que da acceso a lo alto de Beret. Desde allí una primera bajada por la única pista roja que vuelve de a la base (Comalada), para volver a subir por el mismo telesilla y hacer la parada de mediodía. Repetimos el menu de ayer, caldito y cerveza para acompañar a las barritas integrales. Aprovechamos el rato para hacer varias fotos porque las vistas eran espléndidas, además con sol.


Ya repuestos tras el descanso, atacamos la empinada bajada a la percha de Cortajas, que nos lleva al límite de Beret, desde donde salen varias pistas rojas que bordean la montaña por el otro lado. De las 4 señaladas en los mapas solo dos estaban disponibles, y nos decidimos por Esmeligás, que era un poco mas larga y nos llevaba de nuevo a la base de Beret. Era la primera vez que recorríamos esa pista y valió la pena.


Ya de nuevo en la zona baja desde donde salen la mayor parte de los telesillas, optamos por coger el TSD Dera Reina, para desde lo alto, hacer un recorrido por la pista Pins, que inicialmente nos parecía no haber recorrido en anteriores ocasiones, pero que al esquiar por ella vimos que ya era conocida de otros años. Por cierto, en la parte final esta pista se une a una de las que habíamos estado recorriendo antes, y en la cual yo me di un pequeño trompazo, porque en un momento determinado la visera del casco se me iba moviendo, y al tratar de colocarla tuve un pequeño despiste y no vi a tiempo una curva cerrada que tenía frente a mi, por lo que antes de salirme mangado por el borde, me tiré al suelo para evitarlo. En definitiva, una caida sin mayor trascendencia.
Y ya en el tramo final de nuestro recorrido diario, volvimos a subir en el TSD Dera Reina para, de camino a la base, hacer la percha que ayer ya estaba cerrada (Caumet). Asi lo hicimos, y resultó ser mucho mas alta de lo que en principio parecía, y que además tenía diversas pistas por las que salir. Optamos por la que parecía tener un recorrido más atractivo, y a la que se accede en la mitad de la bajada. Allí fuimos, aunque una vez entrado Rafa en la bajada comprobó que además de la enorme pendiente, la nieve estaba imposible. Como él ya estaba dentro, su única opción fué ir bajando casi como si fuesen escaleras, sin quitar los esquis, pero yo ya no me metí por allí y decidí seguir otra ruta, también bastante complicada, pero al menos asequible. Quedamos en volver a encontrarnos en la base del TSD Jesus Serra, pero al ver el estado final de la bajada opté por retirarme ya al coche, mientras Rafa, que se había dirigido al punto de encuentro acordado, hizo una última subida que le permitiera llegar al parking por donde lo hacemos habitualmente, con una pista en mejor estado, como asi hizo y nos encontramos para tomar el regreso al Parador. El resumen de esta segunda jornada, arroja un total de 63,25 kms recorridos, en un total de 6 h. y 18 minutos. Y un consumo de 3.600 calorías, que hay que recuperar en la cena.
Para recuperar esas calorías, habíamos hecho reserva en El Molí, un restaurante en el que ya comimos hace un par de años, en nuestra última visita a Baqueira. Teníamos encargados «calçots», y pedimos además butifarra con tomate y Alcachofitas con huevo trufado, todo para compartir. Y para beber, elegimos un vino de la zona, vino DO Tierra Alta, y entre los que había en la carta pedimos Lafou. La verdad es que todo estuvo bueno. Y en el curso de la cena, yo comenté que creía recordar que en ese mismo sitio habíamos tomado los calçots, aunque en el piso alto del restaurante, pero Rafa decía que no había sido alli. De forma que, para salir de la duda, recurrimos a las fotos que habitualmente hacemos y que evidentemente estaban guardadas. Al final yo tenía razón, y nuestra sorpresa fue que, al revisar las fotos, vimos que hace dos años, en la anterior visita, el menú había sido prácticamente el mismo (las alcachofas y los calçots), pero lo mas llamativo es que también el vino que pedimos era el mismo, y no lo recordábamos.


La ropa, casi también la misma, y la diferencia de edad, casi no se nota. Las fotos lo atestiguan.


Amigos, un día para recordar, ánimo con el siguiente
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