ÚLTIMA ETAPA – Ostabat – St. Jean Pied-de-Port

Estamos ya en Pamplona. Se completó la última etapa con la misma regularidad que las anteriores. Y se ha desarrollado también con la misma precisión que había sido programada.

Para empezar, hoy nos levantamos algo antes. Yo, en particular desperté a las 5,44 por un ruido cerca de la cabecera de mi cama. Creí que era algo del peregrino de la casa de al lado, pero era el cargador de mi cepap que se había caído. Y aunque estuve luego un rato entre sueños, ya no me dormí, con lo cual pensando en que hoy debíamos madrugar un poco más, me fui a la ducha antes de que otros se me adelantasen.

El desayuno hoy era de autoservicio, y cuando llegué al salón solo había dos personas. Luego se fueron incorporando el resto de peregrinos, entre ellos las chicas, y completamos ese primer plato del día pronto. Y a continuación, a recomponer las mochilas como cada mañana, aunque al ser hoy la última etapa ya se podían acomodar mejor algunas cosas.

Cuando hicimos la foto de salida eran las 7,36, es decir que nos pusimos en marcha al menos media hora antes que los días previos. A la salida del albergue, continuamos por el sendero que asciende, similar a los ya conocidos del día anterior y de otros precedentes.

Un poco después, se acomoda al lado de la carretera D933, la continuación de la que nos llevó hace días hacia Saint Palais. Se va por un andadero paralelo a esa carretera durante casi 1 km, y luego nos lleva de nuevo al sendero, con una continuada subida que se va endureciendo a cada paso, de forma que hice varias fotos para que se viera la diferencia de altura entre el sendero y la carretera, que circula casi en paralelo, a cierta distancia.

Cuando van transcurridos algo mas de 4 kms desde la salida, hicimos una parada “de reagrupamiento“ y nos hace la foto Gerault, el holandés que compartía habitación con nosotros. Poco después el sendero va a confluir con la carretera, en pleno ascenso, y encontramos ya un cartel con referencia a nuestro destino, puesto que agrupa a Saint Jean con otros pueblos que comparten la mancomunidad de Baygorri.

Atravesamos la carretera y entramos en el municipio de Gamarthe, un pequeño pueblo cuya economía parece estar unida al cuidado del ganado. De hecho hay que señalar que en esta etapa las plantaciones de maíz prácticamente han desaparecido, y en cambio cada vez aparecen mas enormes prados con rebaños de ovejas y otros con vacas.

Continuando la marcha vemos al poco rato a unas chicas salir de un lateral del sendero, y una indicación de cafés. Como quiera que poco antes Dora había preguntado cuando haríamos la parada matinal, me animo a sugerir la entrada allí. Luego, ya dentro, vemos una mesa no muy cuidada y unos espacios llenos de cosas viejas. Un paisano viene a ofrecernos café, que solo pedimos Amalia y yo. Sin embargo sacamos nuestras provisiones acumuladas de ayer y allí todos se deciden a comer pan, salchichón, fruta, etc. Y Mayi y yo nuestros cafés. Hicimos la foto, en la que todas las chicas se están riendo a partir de un comentario en plan chascarrillo sobre el desastre que parece aquel lugar.

De nuevo en marcha, caminamos por el municipio de Lacarre aunque sin atravesar el pueblo, que queda a lo lejos y en el que vemos un castillo con muy buena pinta (desde lo lejos, porque hemos visto en Google que estaba a la venta por 200.001 €, lo que da idea de que por dentro debe estar destrozado).

No será ese el único castillo que veremos, porque más adelante nos encontraremos con otro. Entretanto, me llama la atención el cambio que se produce en el ganado que v a apareciendo. Mientras la mayoría de las vacas que llevamos viendo por todo el recorrido son de color claro, de pronto aparece un prado lleno de vacas con grandes manchas marrones, y unos cientos de metros después, las que vemos ya no son ni claras ni con manchas, sino prácticamente marrones.

Cuando faltan solo unos 7 kms para llegar al destino final, encontramos ese segundo castillo, en el pueblo de Sarrasquette, menos aparente que el primero que vimos pero que en cambio sí que está en uso. Se llama Chateau d’Arberats, y por lo visto después, admite huéspedes.

Continuando con la marcha, al cabo de un rato se llega a Saint Jean des Vieux, un pueblo muy bien cuidado, y aparentemente con mucho atractivo.

Tiene una iglesia con cementerio adjunto, estupendamente cuidado. En la iglesia nos llama la atención la existencia, a ambos lados de la nave central y en un plano alto, de sendos corredores en dos niveles. Y el cementerio está realmente cuidado.

Dada la proximidad de nuestro final de etapa, y aunque se plantea la posibilidad de sentarse en una terraza a tomar algo, decidimos continuar la marcha, mientras varios de los peregrinos que nos han acompañado en el albergue están allí descansando al sol. No obstante, hacemos una foto de grupo, con la iglesia al fondo.

Enfilamos entonces ya el tramo final de la etapa (y en este caso también de nuestro recorrido francés), con las ganas de llegar a Saint Jean Pied-de-Port y tomar unas cañas en una terraza, ya con el trabajo hecho.

Sin embargo, lo que resta por andar parece ser más de lo que los números dicen, o se cumple aquello de que el final de cada etapa se hace más largo cuando apenas falta un o o dos kilómetros para llegar.

En La Madeleine encontramos otra iglesia en la que vemos unas características similares a la del pueblo anterior, y ya en la ruta nos llama la atención una cigüeña en un prado, por no ser habituales en esa zona.

Y cuando ya definitivamente enfilamos el final de la ruta y empezamos a ver no tan lejos nuestro destino, aparece la nota negativa de que, para llegar allí, hay todavía que subir una prolongada cuesta, para no perder el hábito de lo que aconteció en la mayor parte de las etapas.

Superado el trámite de esa cuesta, entramos por fin en Saint Jean por la puerta de Saint Jacques, que da nombre al camino.

Ya en el interior, bajamos por la empinada cuesta en la que se ubican la mayor parte de los albergues, entre ellos los dos en los que yo me alojé en mis anteriores pasos por esta localidad. Y aprovecho para fotografiar la entrada del último en el año 2017, cuando coincidí allí con el grupo de los amigos franceses y de Truus.

El pueblo está aparentemente como siempre, y en esta ocasión vemos mucho movimiento de peregrinos y de turistas.

Cumplimos nuestro objetivo de sentarnos en una terraza a tomar unas cervezas, y poco después nos dirigimos ya al restaurante Ttipia, en el que tenemos una reserva y a donde deben haber llegado nuestras mochilas. Camino del restaurante, atravesamos el río.

En el restaurante nos encontramos a algunos conocidos, pero nos llama especial atención ver a Gerard, a quien ya no esperábamos volver a topar porque nos llevaba un día de ventaja. Al parecer se ha tomado tomado un día de descanso y mañana hará el paso de los Pirineos hasta Roncesvalles.

La comida ha estado bien, aunque tal vez nos pasamos pidiendo porque nos ha costado terminar. Y como se alargó más de lo previsto, al final se fueron Amalia y Teresa a dar una vuelta por el pueblo que Teresa no conocía, y nos quedamos Dora y yo guardando las mochilas y esperando al taxista.

Asier, que así se llama el taxista de Roncesvalles con el que desea mañana contactamos para que nos recogiese, nos trajo a Pamplona, donde pasaremos la noche para mañana a las 6,55 tomar el bus en el que llegaremos A Coruña.

Una vez instalados en el hotel, por cierto muy céntrico, al lado de la plaza del Castillo y junto a la calle Estafeta, salimos a dar un paseo por la ciudad, Hicimos a pie el recorrido que trazan los toros en San Fermin, desde la Cuesta de Santo Domingo hasta la Plaza de Toros, y después nos fuimos a tomar unos pinchos que nos sirvieron de cena en un bar de la calle Estafeta. Y para final, antes de retirarnos al hotel, tomamos un café en la Plaza del Castillo.

El resumen de la etapa de hoy dice que hemos caminado 21,89 kms a una media de 4 km/hora, en línea con la media de todo el trayecto.

Y en una rápida suma de todo lo caminado en estas 9 etapas, resulta una cifra próxima a los 180 kms, sin contar algunos pesos fuera de control por la App.

En resumen, que nos hemos felicitado mutuamente por el éxito del trayecto, sin problemas en las piernas y encantados del recorrido realizado.

Un comentario sobre “ÚLTIMA ETAPA – Ostabat – St. Jean Pied-de-Port

  1. Amigo Manuel, después de estos dias de caminata francesa ya veo que habeís cumplido el objetivo propuesto en buenas condiciones, mis felicitaciones por el éxito.

    Un fuerte abrazo.

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