Esta penúltima etapa, que parecía ser suave y tranquila, empezó con un par de pequeños incidentes. Por cierto, que la pareja de alemanes que viene coincidiendo con nosotros nos pidió hoy si nuestro mochilero podía llevar también la de su pareja, así que lo propusimos a Caminofacil y lo aceptaron.

Pero antes, al igual que el día anterior, nos pusimos en pie a las 7 para desayunar media hora después y salir sobre las 8. No obstante, el desayuno, en la gasolinera donde ayer comimos, fue tranquilo, abundante y relajado por lo que no comenzamos la marcha hasta las 8,40 más o menos.

Caminando hacia la salida del pueblo, Chus, que iba mirando hacia las cuevas-bodega que son allí abundantes, tropezó con una baldosa deficiente y se fue de morros al suelo. Suerte que la cosa quedó solo en el susto y un ligero dolor de mandíbula.

La salida de Alija se hace por la misma carretera por la que entramos ayer, pero en dirección opuesta, claro. Y en esa salida hay una bonita capilla.

Ya en marcha por la carretera, yo me paré a aligerar vestuario, porque en principio se aseguraba que haría mucho frío y no era para tanto. Así que mientras el resto de la parroquia continuaba la ruta, yo me quedé un poco atrás. Y con tanto reorganizarme, se me cayó un guante en la carretera y no fui consciente de ello hasta un par de cientos de metros más allá, con lo cual hube de regresar a buscarlo y luego tuve que poner marcha de paseo marítimo para alcanzarlos.

Salimos de la carrera La Nora y a partir de ahí ya fuimos por senderos muy tranquilos, siempre al borde del Río y con excelentes vistas, y escuchando los pájaros que esa hora son muy activos.

La primera parada la hicimos cuando estábamos cerca de cumplir 9 km, y lo que inicialmente pensamos que era Villanueva de Jamuz, resultó ser Quintana del Marco. Encontramos un bar frente a la iglesia donde nos tomamos unos cafés y pinchos de tortilla, oreja y chorizo. Todo estupendo para continuar.la marcha.

Unos 4 km más adelante, pasamos junto a Villanueva pero ya no entramos al pueblo y continuamos siempre al borde del Río en dirección a nuestro destino.

Un poco más adelante, aparece la opción de seguir por la carretera o hacerlo por caminos y decidimos seguir por el campo. Per hete ahí que al cabo de algo más de 1 km, el camino se termina sin más explicaciones y después de revisar la información de Gronze decidimos continuar campo a través hasta volver a encontrar ruta señalizada. Es de reseñar que en estas dos últimas jornadas, las señales son escasas o brillan por su ausencia.

Finalmente conseguimos localizar algunas señales y llegar al pueblo siguiente, Santa Elena de Jamuz. A la salida del lugar, después de decidir que entre seguir por la carretera o meternos al interior, acordamos ir por senderos. Pero antes hacemos una corta parada campestre para tomar fruta, frutos secos e incluso alguno un poco de queso.

Reanudada la marcha, empiezan los problemas de información porque no hay señales, lo que indica Gronze es impreciso, y un par de veces tenemos que desandar parte del recorrido, lo que fastidia más si cabe porque ya estás deseando llegar.
Finalmente cuando se cumplían cerca de 6 horas desde la salida, llegamos al albergue.

Ya instalados, el albergue está bastante bien. Posiblemente sea el mejor de los que tuvimos. Hemos descansado un buen rato, antes de ir a la ducha para salir a dar una vuelta por La Bañeza. Al salir nos dimos cuenta de que aunque hacía sol, el viento que llegaba era helado y no apetecía nada pasear. Además, poco hay que ver.

Nos metimos en la cafetería Bohemia, en la plaza Mayor, y nos tomamos cafés y cola-cao con la leche súper caliente. Allí estuvimos un buen rato.

Y como nuestro objetivo era cenar pronto, estuvimos buscando por toda la zona centro un lugar que valiese la pena. Al final? Lo mejor que encontramos fue D’Maria, un bar de tapas donde tomamos un variado de ellas, francamente bien.

Para terminar, otro café cercano donde rematar la faena con nuevos cafés y cola cao. Y ya desde allí, regreso al albergue donde en breve nos pondremos a dormir, para mañana madrugar.






































































































































































