Viaje a Lima

Estamos ahora mismo en el aeropuerto de Cusco, a la espera de tomar el avión que nos lleve de regreso a Lima.  Voy a poner a continuación lo que escribí anoche como resúmen del fin de semana en Puno e islas del lago Titicaca.

Ha pasado todo el fin de semana, con el viaje a Puno para visitar el lago Titicaca. Fue un viaje con bastantes anécdotas y en su conjunto resultó bien, aunque a toro pasado lo habríamos hecho tal vez diferente, eliminando alguna parte.

Para empezar, el bus de ida que es una excelente autocar (tiene 56 plazas, de las cuales 12 son butacas-cama en la planta de abajo y el resto cómodas butacas en la 1ª planta), tuvo una incidencia, porque ya desde el momento de arrancar escuchábamos un ruido extraño en la parte trasera, y como si la carretera estuviese totalmente bacheada.  Resultó ser una rueda en mal estado, o que se pinchó, porque hubo que parar y cambiar la rueda.  Y eso que como digo este autocar era de auténtico lujo, no solo para Perú, sino incluso para cualquier país europeo. Dicho esto, el trayecto duró unas 7 horas en las que pudimos dormir bastante.

Ya en Puno, comenzamos el tour por el lago, que se inició con una visita a las islas de los Uros. Son unas poblaciones que se instalaron en el lago con islas artificiales creadas a partir de las plantas de Totora, que nacen en el agua dulce. Al parecer sus raíces se entrelazan y forman un conjunto sólido, que si se arranca del fondo flota.  Pues hechos bloques de estas raíces, los atan entre sí, y les colocan encima más plantas recostadas hasta hacer un lecho sólido y que sobresale de la superficie del agua alrededor de 1 m.  La vida de esa gente es en sus islas en el propio lago; tienen ahí escuelas, un centro de salud, y viven de la pesca y sobre todo del turismo porque aquello realmente está montado como si de platós cinematográficos se tratase y los turistas están todo el día llegando para verlo, hacerse fotos y navegar en sus barcos (al estilo de los egipcios) hechos con la misma planta de Totora.

De ahí nos fuimos a la isla de Amantani, a la que se tarda casi 4 horas en llegar en un barco de motor (no muy rápido, por cierto).  Y en esa isla te alojas en casa de una familia, donde te dan de comer, la cena y el desayuno del día siguiente. La calidad del alojamiento es francamente deficiente por lo que todos decidimos dormir vestidos (no se nos ocurrió llevar el saco). El baño era en realidad un cubículo desastroso donde daba reparo hacer las necesidades.  Y el plan de visita consistía en hacer una ruta super empinada hasta los templos de Pachamama y Pachatata (los dioses de la tierra, femenino y masculino).  Desde lo alto se pudo contemplar una preciosa puesta de sol, pero muchos no llegaron hasta arriba y también pudieron verla. Para la noche, tras la cena, había preparado un show en una especie de discoteca donde las mujeres y los hombres se vestirían con ropas de la gente de la isla.  A nosotros dos y otros 6 españoles que coincidimos en la misma familia no nos atraía demasiado el plan y tuvimos la suerte que antes de la cena comenzó a llover, y como para desplazarse a la discoteca había que cubrir una subida muy considerable, la justificación de la lluvia nos ayudó a evitar la asistencia, de forma que nos fuimos a dormir poco después de las 9 de la noche.  Durante casi toda la noche llovió abundantemente y más de uno estaba acongojado pensando en cómo iba a ser el regreso en la motora.  Pero a las 8 de la mañana, cuando teníamos que embarcar de nuevo, empezó a clarear y al final quedó un día espléndido.

De modo que de Amantani nos fuimos a la isla de Taquile, a una hora en barco de la anterior. Allí hicimos un recorrido por la isla, mucho más bonita, aunque también hubo que subir lo suyo.  Pero el paisanaje ya era el propio de la isla, sin montajes turísticos (o con muchos menos montajes) de forma que veías pasar a la gente con su ganado, ataviados con sus trajes diarios que son muy vistosos, o los veías trabajando la tierra.  Allí comimos y tras bajar 545 escalones volvimos al barco por otro embarcadero, y ya de allí de regreso a Puno, después de otras 3 horas de viaje.  Como hacía sol, pudimos viajar en la parte alta de la motora y guardar colorcito para el regreso a casa.  Y como el bus de regreso no lo teníamos hasta las 10 de la noche, aún nos quedó tiempo para dar una vuelta por la ciudad, que por cierto vale bastante poco.  El bus hasta Cusco ya no tuvo más incidentes que una visita un tanto sorpresiva de unos agentes de aduanas que hicieron una inspección nocturna sobre las 4 de la mañana, rutinaria al parecer.  Pero cuando ves que el bus se para en plena noche, y entra un tipo con pasamontañas y una enorme linterna….  Piensas cualquier cosa.

Y ya en Cusco, hoy domingo fuimos por la mañana a Chinchero, ya que Ipi quería volver a ese pueblo a ver el mercado dominical.  Está bien, pero no nos aportó nada especial.  Regresamos para comer en Cusco, en una Picantería (como un mesón tradicional, donde todos los clientes son de aquí y no hay turistas). El sitio se llama La Chomba y comimos unos impresionantes platos de cerdo y ternera.  Es original y sobre todo, como digo, de la gente de aquí.

Esta mañana en el desayuno conocimos a Diana y Noemí, dos chicas de Cuenca que nos van a sustituir como voluntarias.  Trabajan en Aldeas Infantiles y ya tienen experiencia anterior en proyectos de voluntariado.  Son muy agradables y las estuvimos poniendo al día de la situación real de Hatunsonqo.  Ya por la tarde volvimos con ellas a ver a Giovanni y comentar algunas otras cosas, y al final hemos terminado la tarde con ellas, cenando juntos y viendo a última hora en la Plaza de Armas unos conjuntos que tocaban y bailaban porque al parecer hoy dia 4 de octubre, (además de ser San Carlos Borromeo, patrón de la banca en España), celebran que el inca Tupaq Amaru consiguió la reunificación de diferentes pueblos indígenas para vencer a los españoles colonialistas.  No sé como se lo montan, pero la realidad es que en los cuatro fines de semana que hemos pasado por Cusco, siempre ha habido algún tipo de desfiles de danzas, procesiones o actos similares. Se ve que les va la marcha.

Ahora, antes de dormir, hemos estado recomponiendo las maletas porque mañana nos vamos a Lima.  Al final pese a que hemos dejado aquí un montón de cosas, las maletas siguen llenas, entre nuestras cosas y algunas pequeñas compras.  Creo que vendrá Giovanni a recogernos para ir al aeropuerto, y antes volveremos a desayunar con Diana y Noemí.  También comentó Giovanni que además de ellas, habrá una norteamericana que va a estar como 10 días en la casa, o sea que nos vamos 3 personas y nos sustituyen otras tres.

Ya desde el aeropuerto, y después de haber estado desayunando de nuevo con Diana y Noemí, tengo que decir que parecen dos chicas encantadoras, bregadas en este tipo de historias (han estado ya como voluntarias en más de un sitio) y creo que hubieran sido las compañeras ideales para una nueva estancia en Hatunsonqo.  Como tienen las ideas claras, estoy seguro de que en el futuro podremos colaborar juntos en mejorar la situación actual de la casa.

Y ya a partir de ahora, las nuevas noticias serán desde Lima. Abrazos para todos.

6 comentarios sobre “Viaje a Lima

  1. Bueno, ahora que retornais a la civilizacion (sin tener en cuenta el viaje en el maravilloso autobus) supongo que el impacto sera grande, que sepais que a traves de vuestros ojos y lo que nos habeis ido contando os hemos acompañado en ese periplo y hemos dejado volar la imaginacion para ponernos en vuestro lugar, estamos deseando veros y que con un buen magosto nos conteis todas las otras cosas que os han pasado y no estan reflejadas en este cuaderno de bitacora.
    Un gran beso y fuerte abrazo .
    Manu cuando llegues no vas a conocer a tu hermano, esta hecho una silfide.

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  2. ¡¡Hola!! Os estaba escribiendo un sms cuando entró esta nueva publicación. Ya imaginaba que tendríais mucho que contar del fin de semana y, desde luego, Manu, te sigues superando….. Este diario de vuestra estancia ahí será como grabar en el disco duro por lo menos datos varios, como nombres de los sitios, sucesión de anécdotas, todo ordenado cronológicamente, y todo esto junto con los sentimientos vuestros formarán una experiencia imborrable para vosotros. (Incluso para nosotros, en su medida, claro, que hemos podido participar mínimamente desde el blog ).
    Espero que disfruteis estos días de mayor «relax», aunque no sé si no echaréis de menos las aventuras a las que ya estaréis acostumbrados.
    Un beso muy grande a los dos. Elena.

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  3. La verdad después de ver las otras fotos, ya quisiera Iberia tener asientos como los de esos buses Esto se acaba y la verdad es que hasta a mi me da pena, porque era un gustazo leer los relatos diarios Os deseamos un feliz viaje de vuelta y aprovechar lo poco que os queda. Bsiños a los dos. Elva y Paco

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